El Evangelio de este domingo nos muestra a Jesús enfrentando las tentaciones en el desierto, un episodio que nos recuerda que todos, como discípulos y creyentes, seremos probados en algún momento. “Jesús se somete a las tentaciones para darnos a entender que también los discípulos y todos los creyentes algún día seremos tentados”, explica Antonio.

Entre las pruebas que enfrentamos, el catequista destaca la búsqueda del poder, el deseo de ganar siempre, la tendencia a juzgar o menospreciar a los demás, la falta de perdón y el desánimo. “Son muchas las tentaciones que debemos superar”, advierte.

Sin embargo, este tiempo litúrgico nos llama a renovar nuestra esperanza y a aferrarnos a la mano de Jesús. “No permitamos que estas cosas limiten el amor de Dios”, insiste Antonio, invitando a la comunidad a acompañar al Señor en su camino, a orar, a vivir en paz y a practicar la generosidad con los demás.

El catequista también recuerda la importancia del ejemplo de la Virgen María en este proceso. “Ella que supo vencer, ella que supo decir ese sí maravilloso a Dios, nos acompaña en este camino”.

Finalmente, Antonio nos motiva a seguir adelante con confianza: “Al vencer las tentaciones, Dios se hará presente, y será más alegre y más feliz nuestro caminar”.