El decenio del Papa Francisco



10 años de un Pontificado diferente

El 13 de marzo se cumplieron 10 años de quien asumiera el máximo liderazgo de la Iglesia con sus zapatos negros, los mismos que usó siempre. El mismo que reemplazó la cruz de oro de los pontífices, por su cruz de plata y renunciara a la residencia de los Papas para vivir en comunidad y cercano a otros sacerdotes.

Se cumplió una década desde que Jorge Bergoglio asumiera como Papa de la Iglesia Católica y manifestara su voluntad de ser reconocido como Papa Francisco, en honor a Francisco de Asís.

Sin duda, dicha elección manifestaba lo que sería su Pontificado en el transcurso de los años, un camino marcado por la humildad, austeridad, cercanía y centrado en los más pobres. En este sentido, Celmira de la Parra, miembro del Equipo Ejecutivo del Departamento de Catequesis señala que  “su figura ha ayudado a desmitificar, el concepto mismo del Papado, antes uno veía al Papa como una autoridad lejana, de no fácil acceso, que nunca se equivocaba, pero él ha tenido la posibilidad de demostrar que no, que él tiene una gran responsabilidad, una gran misión, pero que no deja de ser hombre, no deja de ser persona y que por lo tanto sí es posible equivocarse, sí es posible reconocer el error y sí es posible enmendarse y eso le hace muy bien a la Iglesia porque se deja de endiosar al Papa y por ende, también, al mundo sacerdotal.”

Y es que su conducción de la Iglesia Católica ha estado cargada de cambios, en forma y fondo, debiendo enfrentar presiones conservadoras, entre ellas por considerar en su Gobierno de la Santa Sede una Iglesia más inclusiva, austera y comprometida con los más vulnerables, con todo lo que aquello conlleva. Celmira agrega que “el Papa a sus 86 años sigue estando dispuesto a llevar adelante grandes cambios y llevar adelante una gran misión con la humildad siempre de pedir que recemos por él. Constantemente pide “recen por mí” y eso también te involucra en lo que él hace, nos compromete a ser parte de lo que él está haciendo.”

Ese modo diferente de dirigir lo ha aplicado durante estos años en los diversos desafíos que le ha tocado enfrentar. Asumió una Iglesia en crisis por los escándalos sexuales, con los que fue intransigente y creó una comisión de consulta para la protección de menores dependiente del gobierno de la Santa Sede y ofició una cumbre en el Vaticano desde la que surgió la supresión del secreto pontifical sobre los delitos de abusos sexuales del clero. Celmira de la Parra, comenta que “a él le ha tocado, en lo sucesivo, una misión muy difícil porque hereda una Iglesia envuelta en escándalos por el tema de los abusos y de la corrupción. Pero, en medio de toda esa adversidad, la actitud que él siempre mantiene es de humildad, de acercamiento a la gente y lo más increíble, el deseo de modernización de la curia, en la que él va de a poco introduciendo cambios, son muy relevantes. Y en este sentido, creo que su modo de ser va ayudando. (…) ante situaciones complejas en la que nos hemos visto, por el tema de los abusos y pederastia, él da la posibilidad de eliminar el secreto pontificio para los casos de pederastia, en el 2019. Este es un tremendo paso porque es una ayuda concreta para poder ir discerniendo y dilucidando estas situaciones graves y que tanto dolor han causado.”

Asimismo, el Papa Francisco se ha encargado de relevar el concepto de la mujer y su función dentro de la Iglesia, planteando que es un derecho y cuyo rol es fundamental. En este sentido Celmira recalca que “importante es también, la valoración que ha hecho de la mujer ya que la Iglesia, por historia, ha sido siempre dirigida por varones y han ocupado cargos altos en la jerarquía. En el último tiempo, el Papa ha logrado hacer participar a la mujer en espacios de liderazgo, espacios de conducción, de comisiones y ha ido integrando a la mujer en este sentido, eso yo lo veo, como mujer de manera positiva y agradecida, porque cuando uno mira las comunidades parroquiales lo que más hay en las comunidades, somos mujeres. Es cuestión de mirar a las catequistas que constituimos más del 80% las mujeres que asumimos este servicio. Y si eso lo proyectamos en la Iglesia, yo me atrevería a decir que también en la Iglesia universal debemos constituir casi el 80 o 90% de ella”.

De igual manera lo ha hecho con los temas ecológicos y medioambientales, refiriéndose a nuestro planeta como la “la madre tierra que gime y ruega que detengamos nuestros abusos y su destrucción, llamando a nuevos estilos de vida y a una ecología humana integral. “Él ha despertado gran conciencia respecto del cuidado de la ecología, me parece que él ha hecho un esfuerzo por ayudar a que en todo ámbito tengamos, cada día, una preocupación por la creación, por los daños que hay en la naturaleza, por lo que esto va a provocar y va a significar en la vida de las personas. Su llamado constante y permanente es a preocuparnos y a hacer de la casa común un lugar habitable, un lugar digno del plan de Dios también ese es un aporte gigante. Esta llamada que hace ha trascendido a la Iglesia y es hoy día una preocupación universal que se ha visto en campañas de grandes ecologistas, de los científicos y todos unidos por la misma causa”, complementa Celmira.

Finalmente, en este permanente ánimo de reforma como una manera de hacer más cercana y transparente la Iglesia Católica, la decisión que tomó instituyendo el Ministerio Laical del Catequista. Celmira señala que “me toca de cerca absolutamente y era un tema que hace mucho tiempo se venía solicitando en la Iglesia, el deseo de muchos sectores de poder valorar, reconocer, agradecer, destacar el compromiso de cientos de catequistas era algo que no se había logrado, finalmente el Papa Francisco dice “Ok, esto va”. (…) yo pienso en tantos catequistas de zonas rurales que me ha tocado acompañar, el año estuve cerca de muchos de ellos, gente de una generosidad, de un compromiso y de una conciencia de servicio que ya muchos se quisieran. Gente que recorre sectores largos de campo para llegar a la comunidad, para llegar a la capilla, para encontrarse con niños, jóvenes y adultos que quieren prepararse para vivir sacramentalmente su Fe es loable. Entonces me da mucho gusto, estoy muy feliz por eso y estoy muy agradecida”.

El primer Papa Latinoamericano, el primer Papa jesuita, el Papa que perdona a los divorciados, que destaca la ciencia como una herramienta para construir la paz, que visita países pobres - “las periferias”, como él le llama- y ha sido el primero en visitar Irak, un páis mayoritariamente musulmán. Diez años de acciones que invitan a una renovación de las estructuras de la Iglesia Católica y transformaciones que parecen estar en curso.

 

 

 

 






  
  

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