El padre Rodrigo Cordero, después de un periodo de estudio en Roma a formar parte de la Vocaría de la Esperanza Joven. Desde ahí espera tender lazos con el Departamento de Catequesis del Arzobispado de Santiago, donde también apoyará con su trabajo y experiencia.

“La catequesis es una labor importante, parte central de la evangelización, elemento central de la Iglesia”, comenzó diciendo el sacerdote. “Una parroquia sin catequesis es una parroquia que tiene una patita coja, sin esa parte que hace que el Evangelio resuene en la vida de la persona”. Prosiguió diciendo que la catequesis debe buscar que el anuncio impregne toda la vida, y que es un momento esencial en ese proceso.

El padre Cordero, ordenado el 13 de abril del 2013, siempre perteneció a la Parroquia Santa María de la Esperanza, en Maipú, donde tuvo sus primeras experiencias como catequista. “Desde siempre me ha gustado la catequesis, de jóvenes, confirmación”, comparte el padre.  “Me viene de mi abuelita. Era contadora, jubiló y empezó a hacer catequesis. También hizo catequesis mi mamá. Es algo muy propio de mí; estoy ligado a la catequesis desde los genes”.

Desde el colegio, en conversaciones con los sacerdotes, sintió la llamada de Dios a ser catequista. Para él, fue un proceso natural. En el seminario tuvo un seminario de catequética, que hizo el Hno. Enrique Ahumada, pero quedó con gusto a poco.

Por un interés personal, que el Arzobispado acogió, fue enviado a estudiar en la Universidad Salesiana, en Roma, especialista en la educación de la juventud. Ahí hizo una especialización en catequética, para volver a Chile a aportar. “La Facultad de la Universidad Salesiana tiene en cuenta los interlocutores de la catequesis; se enseña doctrina y también es muy fuerte la parte antropológica”.

Sobre su experiencia en Italia, el sacerdote comparte que “me gustó conocer la experiencia de los países secularizados. La pandemia y otros eventos nos permiten ver a dónde van los vientos con respecto a la evangelización. Hace años, en nuestro país dábamos por descontado la evangelización”.

Pero hoy el escenario es muy diferente: “la realidad de países como Francia, España, e Italia se asemejan a lo que estamos comenzando a vivir”. En esos países se da una catequesis más conocedora de la cultura, que dialoga con ella, pero haciéndose más clara en cuanto a su identificación con Jesucristo. “Nos sirve para ver dónde vamos, a dialogar sin perder la identidad”, continúa el sacerdote.

Como Departamento, damos la bienvenida al padre Rodrigo, y le deseamos muchas bendiciones en su nueva labor.